Conoce Adeje
Tradición, playas, parajes naturales, senderos maravillosos y los atardeceres más espectaculares que puedes imaginar… Sí, estamos hablando de Adeje, un municipio lleno de color, diversidad, flora y paisajes que no te dejarán indiferente.
Queremos mostrarte algunos de sus rincones para que tu visita a Tierra Azul Suites Art sea de lo más completa.
Viaja con nosotros por ADEJE.
Comenzamos por sus
magníficas playas
Puntos de interés
Rincones mágicos, con historia y tradición. Pasear por sus calles, descubrir sus lugares más emblemáticos y con historia.

El abrevadero era el punto donde el ganado y otros animales se detenían a beber y recuperar fuerzas en su paso por La Boca del Paso. Este camino, que atraviesa la zona de Chabor —antiguamente poblada de pinos—, conducía a las casas de Los Picos y a las fincas de Los Llanos, donde la agricultura de secano, con cultivos de trigo, cebada y frutales, era la principal actividad. Desde la Boca del Paso se disfrutan vistas panorámicas de la costa de Adeje y Arona, así como de la Reserva Natural Especial del Barranco del Infierno.
Además de su función agrícola y ganadera, este camino comunicaba Adeje con La Quinta y Taucho. Su nombre proviene de la estrechez del paso de entrada para las bestias, formando parte del antiguo camino real hacia Las Cañadas y el norte de la isla. También conecta con El Aserradero, zona dedicada a la producción de madera para el ingenio azucarero, y desde donde partían canales excavados en la roca para transportar el agua a los cultivos en bancales.

En época prehispánica, los guanches se asentaron en zonas como el Barranco del Infierno y el del Rey, aprovechando cuevas y agua para sobrevivir. Tras la conquista, la población se trasladó a las medianías, entre los 400 y 700 metros de altitud, más aptas para la agricultura, aunque la vertiente sur de Tenerife siempre estuvo menos poblada por su aridez. Núcleos como Taucho, La Quinta, Tijoco Alto y Bajo o Ifonche se consolidaron al norte de la actual Reserva Natural del Barranco del Infierno. Inicialmente, las tierras tuvieron un uso pastoril, introduciéndose la agricultura de forma más tardía por la falta de recursos hídricos.
Con la adquisición de las tierras del Río de Adeje por Pedro de Ponte, se construyó un canal para aprovechar el agua del barranco, cuyo inicio aún puede verse cerca de la cascada, en La Tornadera. Este canal llevó agua hasta las cercanías del Molino Viejo, abasteciendo Adeje hasta mediados del siglo XX, aunque sufría continuas roturas y fue sustituido por otra acequia más ancha. A mediados del siglo XVI se instaló el ingenio azucarero en Adeje, con cierto retraso respecto a otras zonas de Canarias, marcando el inicio de la caña de azúcar en esta parte de la isla.

La Casa Fuerte de Adeje, declarada Bien de Interés Cultural en 1986, fue construida hacia 1556 por Pedro de Ponte con autorización real para defender la costa de los ataques piratas. Este palacio-fortaleza se convirtió durante más de tres siglos en el centro político, económico y social de la jurisdicción de Adeje, siendo símbolo del régimen señorial de la familia Ponte. Aunque inicialmente fue concebida como bastión defensivo, también funcionó como residencia de la familia y más tarde de administradores y empleados de los Marqueses de Bélgida.
Vinculada a la industria azucarera, la Casa Fuerte albergó uno de los ingenios más importantes de Tenerife. Su construcción comenzó en 1554 y contaba con molino, casa de ingenio y casa de purgar, donde el agua era la fuerza motriz principal para triturar la caña de azúcar. Durante décadas generó cuantiosas rentas gracias a la exportación del azúcar hacia Cádiz y Amberes, aunque con el tiempo decayó por la competencia del azúcar brasileño, los ataques piratas y las catástrofes naturales. A partir del siglo XVII, la producción agrícola se diversificó hacia el vino y los cereales, manteniendo a la Casa Fuerte como un referente histórico de Adeje.

La actual Casa Sindical, hoy sede de la Biblioteca Canaria y el Fondo Fotográfico de Adeje, tiene una historia muy ligada a la vida social del municipio. A principios del siglo XX albergó el primer teléfono público de Adeje, instalado primero en la Casa Fuerte y trasladado aquí en los años 20. Con el tiempo, este edificio fue comedor infantil en la posguerra, lugar de celebraciones comunitarias y, en 1959, sede de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, que más tarde se transformó en Cámara Agraria Local hasta su cierre en 1993. Tras una década en desuso, en 2003 recuperó su valor como espacio cultural y patrimonial.
El inmueble es un buen ejemplo de la arquitectura doméstica tradicional canaria, con patio central, habitaciones distribuidas a su alrededor y elementos característicos como el granero de dos plantas y las cubiertas de tea con torta de argamasa. Construido entre finales del siglo XIX y principios del XX, refleja la adaptación de la arquitectura rural a las necesidades de la época y se mantiene hoy como un símbolo de la memoria histórica y cultural de Adeje.

El Convento Franciscano de Adeje, declarado Bien de Interés Cultural en 1986, fue fundado el 10 de agosto de 1679 bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe y San Pablo, gracias a la iniciativa de D. Juan Bautista de Ponte Fonte y Pagés, primer marqués de Adeje. Acogió en sus inicios a ocho o nueve frailes de la orden franciscana, pero con el tiempo fue perdiendo miembros hasta quedar apenas tres religiosos en 1802. Tras la exclaustración de 1835, el convento fue progresivamente demolido y pasó a convertirse en sede del Ayuntamiento, conservándose únicamente la iglesia, adquirida en 1988 y restaurada en 1991.
La iglesia, de planta rectangular, destaca por su artesonado de tea, un arco de triunfo barroco en la capilla mayor, hornacinas, confesionarios y un coro en madera, además del escudo del marqués en su fachada principal. El convento también contaba con un huerto, esencial para el autoabastecimiento de los frailes, donde el agua jugaba un papel fundamental. Así, el conjunto representaba las tres dimensiones de la vida monástica: lo divino (iglesia), lo humano (claustro) y el trabajo (huerto). Su historia quedó incluso reflejada en la literatura, como en el Romancero de los pueblos del sur de Tenerife de Agustín Espinosa, que menciona a un lego llamado Lucas, vinculado al convento adejero.
El Molino de Abajo, situado en la calle Los Molinos de Adeje, es uno de los primeros ejemplos de molino hidráulico de tipo horizontal o de rodezno, más sencillo de instalar al no requerir engranajes ni sistemas de transmisión complejos. Fue construido en el siglo XVI por los señores de la Casa Fuerte y posteriormente vendido a Francisco Trujillo Clemente en 1897.
Este molino funcionó hasta los años 50 del siglo XX y utilizaba una rueda de disposición horizontal con sistema de rodezno. Aún hoy se conserva en buen estado su cubo, testimonio del importante papel que jugaron estas infraestructuras en la vida agrícola y económica de Adeje durante varios siglos.
En Adeje, el agua llegaba desde el Barranco del Infierno a través de una acequia que recorría el pueblo de norte a sur. De ella se surtían los vecinos para el consumo doméstico y las mujeres la utilizaban para lavar ropa y utensilios. Sin embargo, este sistema implicaba riesgos para la salud, ya que el agua podía contaminarse al pasar por turbinas de molinos harineros.
Para mejorar la calidad y el acceso, en 1938 se ejecutó un proyecto iniciado en 1933 que instaló cuatro fuentes públicas: en la esquina que sube hacia la Casa del Cura, en la Calle Nueva, en la Calle de la Paloma y en la Plaza de la Cruz del Llano. Estas fuentes regulaban el abasto en horarios determinados y prohibían usos indebidos, garantizando un suministro más cómodo y seguro para los vecinos.

La Iglesia de Santa Úrsula, declarada Bien de Interés Cultural en 1986, tuvo su origen en una pequeña ermita ampliada en el siglo XVI por Pedro de Ponte, convirtiéndose en una iglesia de una sola nave. En 1530 fue elevada a parroquia y, en 1560, obtuvo el derecho a contar con párroco propio. Durante el siglo XVII, en un periodo de mayor prosperidad económica, se amplió con una segunda nave separada de la original por tres arcos de medio punto.
La Casa Fuerte de Adeje jugó un papel fundamental en el sostenimiento de la parroquia, encargándose de su mantenimiento, del suministro de agua y de financiar misas y procesiones estipuladas en los testamentos de la familia Ponte. Así, la Iglesia de Santa Úrsula no solo fue un espacio religioso, sino también reflejo del poder señorial y del vínculo entre la devoción y la vida comunitaria de Adeje.

La Fuente de los Tres Chorros, construida en 1890 tras la abolición del señorío, fue una de las primeras infraestructuras públicas de Adeje. Se ubicó en la calle de Los Molinos, el camino que desciende desde el Barranco del Infierno, como parte de las mejoras en los servicios y obras de la villa a finales del siglo XIX.
Este sistema hidráulico permitió canalizar el agua del barranco, convirtiéndose en un recurso esencial para los vecinos. Desde la fuente, el agua se recogía en cacharros y se transportaba en burros hasta las casas, labor en la que también destacaron las aguadoras, mujeres que desempeñaron un papel clave en la vida cotidiana y en el abastecimiento de las familias de Adeje.
En 1932 se constituyó la Heredad de Aguas de Adeje, bajo la forma de Sindicato de Regantes, siguiendo la Ley de Aguas de 1879. Su objetivo fue organizar y gestionar el uso común de las aguas procedentes del Barranco del Infierno, que desde tiempos inmemoriales habían servido para el riego de las tierras del municipio. El agua era canalizada desde la cascada del barranco hasta el Molino y, de allí, a un estanque donde se distribuía entre los vecinos para regar sus fincas.
La primera Junta Rectora, presidida por José Esquivel Alayón, estableció un sistema de riego basado en cuatro turnos o adulamientos llamados Morales, Rueda, Lomo y Valito, cada uno integrado por unas 90 fincas. Para ello se realizaron mediciones agronómicas, se construyeron tanquetas medidoras y se modernizaron los canales, garantizando así una distribución equitativa y más eficiente del agua, recurso vital para la economía agrícola de Adeje.

Los Laureles de Indias de la Calle Grande en Adeje tienen su origen en la Fiesta del Árbol celebrada el 10 de diciembre de 1911. La iniciativa fue impulsada por el doctor Manuel Fernández Piñeiro, médico del municipio a comienzos del siglo XX, fundador de la Sociedad “Unión y Cultura” y activo promotor de proyectos sociales y cooperativos relacionados con el agua. La plantación contó con la participación de maestros como doña Luisa Tacoronte y don Fermín Fraga, junto a sus alumnos, en un acto solemne que incluyó procesión cívica, música y el himno del árbol.
Los árboles procedían del vivero provincial y fueron trasladados gratuitamente por el vapor Carmen, propiedad de los Sres. Hamilton. La fiesta del Árbol continuó celebrándose en Adeje al menos hasta 1916, convirtiéndose en una tradición que dejó como legado los emblemáticos laureles que aún hoy embellecen la Calle Grande, también conocida como Calle de la Iglesia o Calle Dr. Fernández Piñeiro.

Los lavaderos públicos de Adeje fueron proyectados en 1936 en un solar situado en el camino de los Molinos, en la parte alta del pueblo. Contaban con 28 lavaderos y cuatro fogones con calderas para desinfectar la ropa y preparar lejía. El edificio, construido con muros de roca caliza y cubiertas de hormigón con carpintería metálica, disponía de ventilación natural mediante ventanas y aberturas en el techo. El presupuesto de la obra ascendió a 7.704,68 pesetas y fue elaborado por el aparejador municipal Manuel Morales.
Estas instalaciones estuvieron en funcionamiento hasta finales de los años 60, cuando fueron derribadas para levantar un estanque. Durante sus últimos años también se usaron como matadero. Como recuerdo, aún se conserva la cruz instalada en el estanque anexo, colocada tras el accidente de un vecino en los antiguos lavaderos, un espacio que formó parte de la vida cotidiana y comunitaria de Adeje.
En el siglo XVI, el cultivo de cereal en Adeje fue fundamental para abastecer a la nueva población, dejando su huella en el paisaje con bancales, eras y graneros. El agua del Río de Adeje se destinó no solo al riego y al ingenio azucarero, sino también a mover los molinos hidráulicos que producían gofio, alimento básico en la dieta canaria. En el municipio llegaron a existir cuatro molinos: dos en la calle de los Molinos, uno en La Concepción y otro en la Hoya Grande.
Destaca el Molino de Arriba, situado en Agua Pie, un raro ejemplo de molino vertical o de aceña en Canarias. Construido por los señores de la Casa Fuerte y explotado en régimen de arrendamiento, fue vendido en 1897 a Francisco Trujillo Clemente, cuyos descendientes aún lo conservan. Funcionó hasta los años 50 del siglo XX, siendo la última molinera doña Berta Trujillo Trujillo. El control de la producción estaba regulado por estrictas normas recogidas en el Directorio de la Casa Fuerte, que supervisaba el trabajo de los molineros.
Red de senderos municipales
Adeje impulsa políticas de sostenibilidad que ponen en valor su entorno natural y sus espacios forestales, fomentando el uso responsable del agua, la energía y los recursos. Este compromiso se refleja en la red de senderos municipales, que recupera y promociona parte del patrimonio natural y etnográfico, invitando a vecinos y visitantes a disfrutar de la naturaleza de forma respetuosa.
La oferta es variada: desde rutas de Pequeño Recorrido (PR) como el Camino de Teresme, Boca del Paso–La Quinta o el Camino de Ifonche, hasta Senderos Locales (SL) como el Roque del Conde y el Camino de la Virgen. Además, Adeje forma parte del Gran Recorrido Anaga–Chasna (GR 131) en su tramo Vilaflor–Adeje, uniendo mar y montaña en un entorno ideal para el senderismo y la conexión con la historia y la tradición rural del municipio.
Boca del Paso – La Quinta
Desde Boca del Paso, esta variante del sendero conduce hacia el noroeste hasta el antiguo caserío de La Quinta, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI. A lo largo del recorrido aún pueden verse huellas de la intensa actividad agrícola de la zona, como eras, bancales, atarjeas de piedra y madera, aljibes y restos de viviendas campesinas.
La ruta finaliza en la Ermita de Santa Margarita, construida a finales del siglo XVI, que conserva en su interior las imágenes de Santa Margarita de Antioquía y Santa Lucía. Junto a ella destacan una gran era y antiguos lavaderos. Durante los siglos XVI y XVII, la zona de los actuales caseríos de Taucho y La Quinta era conocida como Taucho, nombre que cambió a finales del XVIII cuando las tierras pasaron a los Marqueses de la Quinta Roja.
Duración: 30min
Desnivel de subida: 94m
Desnivel de bajada: 119m
Distancia: 1,7Km
Tipo de recorrido: Travesía
Camino de Ifonche
Este camino tradicional conecta Ifonche con La Quinta, uno de los núcleos más antiguos de la comarca, y forma parte del Camino Real que unía las medianías altas de Guía de Isora, Adeje, Arona y Vilaflor. El recorrido comienza en el Paisaje Protegido de Ifonche, donde se combinan pinares con bancales de cultivo en jable, y tras salvar el desnivel del Barranco del Infierno se adentra en la zona de El Aserradero.
Al sur de este punto se encuentra el cruce con el camino de Teresme, que desciende hasta el casco de Adeje, mientras que la ruta principal continúa hacia La Quinta. El sendero destaca por su riqueza etnográfica, natural y paisajística, ya que atraviesa tres Espacios Naturales Protegidos, ofreciendo una experiencia única en contacto con la historia y la naturaleza de la isla.
Duración: 2h 30min
Desnivel de subida: 523m
Desnivel de bajada: 627m
Distancia: 6,4Km
Tipo de recorrido: Travesía
Camino de la Virgen
El Camino de La Encarnación, hoy conocido como Camino de La Virgen, recuerda la promesa del pueblo de Adeje de llevar cada año en rogativa a la Virgen a su “antigua casa”, en agradecimiento por los favores recibidos. Su origen se remonta al siglo XVI, cuando Pedro de Ponte trasladó la imagen de la Virgen de la Encarnación desde La Enramada hasta la ermita de Santa Úrsula para protegerla de los ataques piratas, hecho que dio nombre al camino.
El recorrido comienza en el Portón, en la carretera de Fañabé a La Caleta, y desciende hacia la costa atravesando antiguas parcelas de cultivo y la Tosca Colorada, donde aún se ven huellas de carretas. A lo largo del trayecto se encuentran tres paradas tradicionales: la Era, El Humilladero —lugar donde se apareció la Virgen— y, finalmente, la ermita de La Enramada, hoy conocida como ermita vieja de San Sebastián, destino de la rogativa.
Camino de Teresme
El Camino de Teresme fue una ruta clave para los habitantes de Adeje, ya que conectaba la costa con las medianías y facilitaba tanto el tránsito de personas como el intercambio de productos. Hoy su recorrido comienza en el portón de la Casa Fuerte, cerca de la iglesia de Santa Úrsula y el antiguo convento franciscano, ambos declarados Bien de Interés Cultural. El camino asciende de forma sinuosa hasta Boca del Paso, un mirador natural con vistas al casco de Adeje, Chabor y la franja costera.
Desde allí, la ruta continúa por el Lomo de Las Lajas hasta El Aserradero, punto de conexión con el Camino de Ifonche. El sendero prosigue hacia la zona de Teresme, atraviesa el barranco de El Dornajito y enlaza con la pista que conduce al área recreativa de Las Lajas. Su importancia histórica se vincula al aprovechamiento de los recursos hídricos y forestales, ya que en El Aserradero se practicaba agricultura de regadío y explotación maderera.
Duración: 6h 38min
Desnivel de subida: 1.951m
Desnivel de bajada: 153m
Distancia: 16,1Km
Tipo de recorrido: Travesía
Roque del Conde
El sendero del Roque del Conde, también llamado Roque de Ahiyo o Roque de Ichasagua, combina naturaleza e historia en uno de los paisajes más emblemáticos de Adeje. Tras un ascenso de unos 2,5 km hasta los 1.000 metros de altitud, este roque volcánico, dentro de la Reserva Natural Especial del Barranco del Infierno, ofrece espectaculares vistas de Adeje, Arona, San Miguel, Granadilla, Guía de Isora y Santiago del Teide.
El camino empedrado recorre la ladera Este, atravesando antiguos bancales de cereal en El Tablero, entre cardones y tabaibas rojas, hasta alcanzar la meseta. Su nombre de Roque de Ichasagua rinde homenaje al mencey guanche que resistió a los conquistadores tras 1496 y que, según las crónicas, terminó su vida en el Llano del Rey, actual Arona.
Duración: 1h 44min
Desnivel de subida: 445m
Desnivel de bajada: 66m
Distancia: 4,2Km
Tipo de recorrido: Ida y vuelta
Fiestas y Tradiciones
Las fiestas y tradiciones de Adeje se celebran a lo largo de todo el año, aunque alcanzan su mayor intensidad en los meses de verano. Cada barrio rinde homenaje a sus patronos con procesiones, música, bailes y encuentros populares que mantienen vivas las costumbres y la identidad del municipio.
Fiestas de los barrios
Las fiestas de los barrios de Adeje se celebran durante todo el año en honor a sus patronos, aunque la mayoría se concentran en los meses de verano, llenando cada rincón del municipio de tradición, música y ambiente festivo.
San Sebastián
La fiesta de San Sebastián, copatrono de Adeje junto a la Virgen de la Encarnación y Santa Úrsula, se celebra cada 20 de enero y es una de las más concurridas del sur de Tenerife. En el histórico enclave de La Enramada, miles de personas se reúnen para honrar al santo en una celebración estrechamente ligada a la agricultura y la ganadería de la comarca.
Semana Santa
La Semana Santa de Adeje es hoy un referente en Canarias, destacando por la intensidad de sus celebraciones en torno a la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Sus actos litúrgicos, devocionales y culturales reflejan la tradición y el crecimiento del municipio, atrayendo cada año a numerosos visitantes y fieles.
Representación de La Pasión
La Representación de La Pasión de Adeje es una obra de teatro al aire libre que revive la muerte y crucifixión de Jesucristo. Cada Viernes Santo al mediodía, más de 300 vecinos del municipio, como actores y actrices amateurs, dan vida a este acontecimiento único en la Calle Grande de Adeje.
El espectáculo incluye escenas emblemáticas como la entrada en Jerusalén, la última cena, el juicio, el vía crucis y la crucifixión. Puede disfrutarse en persona en Adeje o seguirse en directo a través de la televisión y las redes sociales, consolidándose como uno de los eventos religiosos y culturales más importantes de Canarias.
Rogativa Virgen de La Encarnación
La Rogativa de la Virgen de la Encarnación se celebra cada año el segundo domingo de Pascua de Resurrección. Desde la iglesia de Santa Úrsula, en el casco histórico de Adeje, los peregrinos caminan hasta la ermita de San Sebastián, en La Caleta, junto al mar.
Este recorrido cumple la promesa realizada hace más de 300 años a la patrona del municipio, cuando los vecinos pidieron su protección para librarse de una plaga de langosta. Hoy, la rogativa mantiene viva la devoción y la tradición popular en Adeje.
Feria de artesanía
La Feria de Artesanía de Adeje, organizada por el ayuntamiento desde el año 2000, reúne cada año a más de un centenar de artesanos canarios que exponen y venden sus creaciones en distintas disciplinas. Se celebra principalmente en la Plaza de España y la Calle Grande del casco histórico, aunque en algunas ediciones ha cambiado de ubicación.
Además de la muestra de artesanía, la feria ofrece un ambiente cultural y festivo con exposiciones, actuaciones y degustaciones de productos típicos, desde las 10:00 hasta las 20:00 horas, convirtiéndose en un punto de encuentro entre tradición, arte y gastronomía en el corazón de Adeje.
Corpus Christi
En Adeje, la celebración del Corpus Christi se distingue por las tradicionales alfombras de sal, elaboradas por vecinos, asociaciones y personal del ayuntamiento. Durante dos días, las calles del municipio se transforman en un colorido tapiz efímero que combina arte, fe y tradición popular.
Romería de Adeje
La Romería de Adeje, celebrada en octubre dentro de las Fiestas Patronales, es una auténtica explosión de color, gastronomía y folclore. Durante estos días, el municipio se convierte en un punto de encuentro donde tradición y devoción se unen en un ambiente festivo que atrae tanto a vecinos como a visitantes.
Las celebraciones se realizan en honor a la Virgen de la Encarnación, patrona de Adeje, a Santa Úrsula, titular de la parroquia, y a San Sebastián, copatrono del municipio. Procesiones, música popular y la hospitalidad de los adejeros convierten a esta romería en una de las más destacadas del sur de Tenerife.
Visita Lustral de Ntra. Sra. de La Encarnación
La Visita Lustral de la Virgen de la Encarnación rememora el culto a la primitiva imagen mariana, cuyo origen se remonta a los primeros años tras la conquista de Tenerife. La talla apareció en la costa de La Enramada, donde recibió veneración por primera vez, antes de ser trasladada a Garachico, donde pasó a ser conocida como la Virgen de la Luz.
Centro histórico
El Centro Histórico de Adeje, cuyo nombre significa “macizo montañoso”, fue residencia del mencey Axerax o Gran Tinerfe antes de la conquista. Tras la colonización, la villa adoptó la impronta señorial y religiosa que hoy se conserva en la iglesia de Santa Úrsula, el antiguo Convento de Nuestra Señora de Guadalupe y San Pablo —actual museo de arte sacro— y la Casa Fuerte, fortaleza del siglo XVI que simboliza su pasado histórico.
Adeje combina la tradición rural, con senderos y paisajes únicos como el Barranco del Infierno —una Reserva Natural Especial con una ruta de 6 km que culmina en una cascada—, con el auge turístico de su costa. Allí destacan Costa Adeje, el parque acuático Siam Park y playas emblemáticas como la Playa del Duque, que han convertido al municipio en uno de los destinos vacacionales más importantes de Europa.

Fuente: adeje.es
Sólo es el comienzo…
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